DE TODOS DEPENDE
El futuro es algo que cada cual alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga y sea quien sea —Clive Staples Lewis (1898-1963), escritor británico.
En los últimos meses ha sido cada vez mayor el comentario de la gente respecto al crecimiento de la ciudad y por ende los retos que enfrenta. Antes solíamos decir que el tráfico se daba en horas pico, entre la llegada al trabajo y dejar a los hijos en la escuela, hasta la ida a comer y pasar por los hijos de nuevo. Después hasta a eso de las seis de la tarde había su tráfico.
Hoy es a todas horas, es decir, ya no hay horas pico, ahora hay horas más conflictivas que otras, pero el tráfico ya es parte de nuestra vida cotidiana. Menciono esto porque, a la par de ese tráfico, hoy vemos que en Mérida tenemos grandes centros comerciales, tiendas, restaurantes, grupos empresariales que crecen y con ello generan más empleos, y muchas franquicias de todo tipo de giro, viniéndose a instalar a nuestra ciudad. Hace un par de meses acudí a la inauguración de una tienda departamental y el director nacional me comentaba que en sólo dos ciudades del interior del país han tenido el lujo de abrir dos tiendas por sus características económicas y de servicios: Guadalajara y Monterrey. Mérida es la tercera ciudad donde se instalan con dos tiendas. Recientemente, al lado de un centro comercial sobre la avenida Correa Rachó en la zona fiesta abrió otro supermercado de la misma cadena. Parece que esa será la tendencia, cada vez más centros comerciales abrirán sucursales en otros puntos de la ciudad, lo que nos da mucha esperanza en el ámbito económico pues generará empleo y bienestar a muchas familias meridanas.
Yo veo en el desarrollo de Mérida que el factor “Ciudad de Calidad” es detonante de atracción económica, como en los ejemplos mencionados con anterioridad y como eje de ese detonante ha sido el trabajo que el Ayuntamiento de Mérida ha realizado al dotar de infraestructura a la ciudad. Repavimentación, alumbrado público, embellecimiento de avenidas, construcción de mejores parques, espacios públicos limpios, entre otros muchos trabajos, se ven en resultados con la inversión de grandes consorcios en nuestra ciudad. Sin embargo, a pesar de ese dinámico desarrollo económico y la generación de empleos que implica, creo que debemos de tener muy en cuenta nuestras raíces y tradiciones de ciudad tranquila, amable y respetuosa, donde tomar el fresco del atardecer a las puertas de la casa siga siendo posible, sin temor a un robo o al estrepitoso sonar de un claxon.
En nosotros esta cuidar este crecimiento y ayudar en lo que podamos a que sigamos siendo una ciudad con calidad no sólo en infraestructura, sino como sociedad orgullosa de su historia y pasado. Somos hoy mejor en infraestructura que ayer, el reto es que en el camino no nos perdamos.— Mérida, Yucatán.
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